La franquicia de lavanderías autoservicio Fresh Laundry registra un crecimiento exponencial desde su fundación hace cinco años debido a los cambios en los hábitos de los hogares españoles en el lavado de la ropa. La consolidación de la cadena se materializa con la apertura de dos nuevas lavanderías en Barcelona. Invierte en un negocio que cubre una necesidad para el ciudadano.
Como parte de su proceso de expansión y tras inaugurar un establecimiento en la Comunitat Valenciana y otro en Pamplona, la franquicia Fresh Laundry abre dos nuevos locales en Barcelona y su área metropolitana. Concretamente, en la Avenida Diagonal de Barcelona y en la localidad Sant Adrià del Besòs. Este último inauguró el jueves y la nueva apertura de Diagonal tendrá lugar en las próximas semanas.
“Las lavanderías autoservicio han iniciado un camino hacia su implantación definitiva en España. El ahorro económico y energético de este tipo de servicio para la familias españolas es la clave de nuestro éxito”, asegura Roberto Haboba Gleizer, fundador y propietario de Fresh Laundry.
El ahorro económico y energético de hacer la colada en establecimientos con lavadoras industriales y productos especializados y de calidad son las principales razones que explican el aumento de usuarios en el sector de las lavanderías autoservicio. Así, una familia de cuatro miembros lava alrededor de unos 40 kg de ropa semanales, lo que implica un consumo de 4.000 Kw semanales, 900 litros de agua y unas 6 horas, además del gasto en productos.
La cadena está cumpliendo las expectativas planteadas para este 2017, año en el que prevé lograr un crecimiento del 60%. El proceso de expansión incluye llegar a otras importantes ciudades del mapa español, Sevilla o Málaga.
En 2016 Fresh Laundry cerró su balance habiendo prestado servicio a un total de 240.000 usuarios a través de toda su red de lavanderías. Además, obtuvo una facturación anual de 1,4 millones de euros, lo que supuso un 75% más que en el año anterior, cuando la cifra fue de 800.000 euros.