La Gestión de Riesgos es absolutamente crucial en cualquier empresa grande o pequeña que tenga al frente un directivo sensato y con la formación suficiente.
Llama la atención que ya en el año 2022, y más aún con los tiempos que vivimos, haya siquiera que pararnos a hacer esta consideración.
Las crecientes exigencias en cumplimiento normativo, los riesgos enormes inherentes al uso innegociable de la informática e internet, las circunstancias económicas y el contexto social actuales; hacen, de todo punto imprescindible, contar en la empresa con un área que pueda hacer un mapa de riesgos y gestionar las medidas idóneas, siendo el programa de seguros una pieza relevante del esquema, aunque en ningún caso la única.
Aunque pueda sorprendernos, fuera de las grandes empresas, obligadas por Ley a contar con su Compliance Officer y su gerente de riesgos, las pymes y microempresas, en un número muy elevado, actúan como si no fuera con ellas el tema.
Todos los días tenemos noticia de numerosos incidentes en empresas, derivados de denuncias, accidentes, reclamaciones, averías, impagos, ciberataques, robos, etc.; con consecuencias graves. La única diferencia entre terminar cerrando la empresa o con tremendas dificultades económicas o incluso penales para sus directivos, o superar el incidente sin mayor dificultad, estriba en contar con una buena labor en gerencia de riesgos o no. Es así de sencillo.
Un simple ciberataque, de los que al día hay miles, a una conocida empresa de servicios de asesoría, con 8 empleados, culminó con su cierre a las pocas semanas. Al no poder afrontar las sanciones por LOPD, reclamaciones por RC, pérdida de datos y sus propios daños, sin entrar a los perjuicios reputacionales. El administrador ha tenido que afrontar con su propio patrimonio importantes cuantías, y aún sigue litigando por otras.
Con unos sencillos protocolos de actuación en Compliance, Ciberseguridad y un Programa de Seguros adecuados, las consecuencias judiciales y económicas definitivas hubieran sido inexistentes, y el coste de la correcta implantación de planes y medidas de cumplimiento normativo, ciberseguridad y programa de seguros hubiera sido inferior a los 3.000 euros al año.
Lamentablemente, esta es la situación que tenemos. Podemos referir docenas de casos de toda índole, y la conclusión siempre es la misma.
Dirigir una empresa conlleva unas responsabilidades, que empiezan por preservar el patrimonio, la viabilidad y el futuro de la propia organización, además del propio.
En la actualidad no tiene sentido mirar para otro lado y actuar como si los riesgos derivados de incumplimientos, ataques u otras circunstancias no fueran con nosotros.
En Grupo Recoletos & Spasei llevamos más de dos décadas promoviendo el conocimiento de la gestión de riesgos en las empresas y sus dirigentes. Nuestra misión es trasladar el conocimiento, las herramientas, los productos y servicios, los modelos de gestión en esta materia, en definitiva, desde la gran empresa a la pyme.
En todo este desarrollo, las asociaciones empresariales y los asesores de empresa tienen mucho que decir. Son cada vez más los que incorporan en sus servicios un área específica de asesoramiento en gestión de riesgos, y el valor añadido que aportan a sus asociados y clientes es extraordinario.
Estamos en 2022, por favor, pasó el tiempo en que la “gestión de riesgos” se limitaba a que “un amigo me contrate los seguros obligatorios más baratos”; por favor, pretendemos ser una economía moderna y competir en mercados internacionales.
De verdad nuestra formación y nuestro “instinto” como gerente o directivo en una empresa nos dice que “solo implantemos las áreas del Compliance que nos exija la Ley o un cliente”, ¿qué “crucemos los dedos para que no nos hackeen” y que “contratemos los seguros más baratos con un conocido que es buen chaval”? Nos estamos jugando el negocio, la empresa y nuestro patrimonio personal. Yo le diría: “mucha suerte”.
Esteban Cembellín
CEO en Recoletos Consultores