El cumplimiento normativo, también conocido como “compliance”, se ha convertido en un término ampliamente reconocido en el mundo empresarial. A pesar de su incipiente origen en España, lo cierto es que, hoy por hoy, se configura como un elemento esencial para garantizar que las organizaciones operen de acuerdo con los estándares normativos vigentes en el transcurso de la vida societaria/empresarial.
El principal objetivo del Cumplimiento Normativo tiene carácter dual toda vez que pretende, no solo evitar sanciones, multas y riesgos devenidos por el incumplimiento de la legislación vigente, sino también persigue la creación de una cultura empresarial basada en el cumplimiento de estándares éticos, legales y empresariales en el desarrollo de su actividad.
La cultura del Cumplimiento Normativo solo se consigue mediante la elaboración de modelos organizativos que toman en consideración factores tan variados como:
- el tipo de empresa de que se trate,
- el sector en el que despliega su actividad,
- los intereses de sus socios (shareholders),
- los grupos de interés (stakeholders) que tiene, entre otros tantos.
Ana M. Vaduva, Coordinadora de Compliance de Recoletos Consultores, imparte una sesión informativa sobre esta materia. En ella explora el origen del cumplimiento normativo, que se remonta al siglo XX en Estados Unidos en esferas administrativas y políticas como consecuencia de los diversos escándalos financieros que se sucedieron a lo largo del referido siglo.
Asimismo, Ana reconoce que la creciente importancia del cumplimiento normativo “no solo ha alcanzado cotas internacionales, sino también una importante amplitud sectorial, toda vez que se puede predicar e implementar en áreas tan diversas como es la Penal, la Corporativa o la Medioambiental, entre otras muchas”.