Los franquiciados de esta enseña especializada en servicios de prevención de riesgos laborales recuperan la inversión inicial al año de poner en marcha el negocio.
Los responsables de la enseña tienen claros sus propósitos: “Queremos seguir creciendo, tanto con centros franquiciados como con unidades propias”. Francisco Casáus, Director de Diga 33, sostiene que sus objetivos pasan por abrir, al menos, cinco puntos franquiciados y dos propios durante este año. Su próxima apertura, en la que la enseña está trabajando en la actualidad, será en Inca (Mallorca), con un centro franquiciado.
Para Casáus, el desarrollo hasta el momento de Diga 33 ha sido óptimo, cuando no llega al año que inició su desarrollo mediante la fórmula de la franquicia. En un sector en el que todavía queda mucho por explotar, Diga 33 se posiciona desarrollando un amplio catálogo de servicios (de prevención de riesgos, además de otros servicios técnico y socio sanitarios), que dirige a todo tipo de empresas y a sus empleados. Ofrece un servicio de consumo obligatorio y repetitivo para todas las empresas, lo que constituye una de las principales bazas para Diga 33. La enseña ya ha prestado sus servicios a más de 3.000 empresas.
Con una inversión de alrededor de 50.000 euros, en la que queda incluido el canon de entrada, Diga 33 ofrece la posibilidad a sus asociados de recuperar este desembolso en un espacio breve de tiempo, al cabo de un año de haber puesto en marcha la actividad. Además, una vez pasados cinco años, los beneficios que se obtienen son considerables. En un lustro la inversión inicial se multiplica en más de un 3.000%, con una rentabilidad progresiva que puede alcanzar el 40% del volumen de las ventas.