La enseña, estrenará cocinas adaptadas a los estándares que hace algo más de tres años impuso la matriz estadounidense, en todos sus locales.
Sólo cinco de los 357 establecimientos que tiene la filial española se quedarán como estaban. El cambio ha requerido más de tres años de negociación con los franquiciados, algunos de los cuales han dilatado al máximo la puesta en marcha de esta iniciativa debido a las fuertes inversiones que ha requerido: entre 12.000 y 18.000 euros por local según la dimensión y disposición de las cocinas.
Esto ha significado un importe total que oscila entre los cinco y los seis millones de euros. Todo ello ha sido desembolsado por los franquiciados a excepción de lo correspondiente a las modificaciones realizadas en los restaurantes propios de la enseña.
Según el director general de Burger King, Sergio Rivas, los nuevos módulos se han instalado ya en 270 restaurantes y están en pleno montaje otros 81, de modo que el 31 de agosto quedará terminado todo el proceso. El responsable de la filial española reconoce que para lograr que todos los franquiciados implanten el nuevo sistema ha sido necesario una larga negociación en las que se les han expuesto las mejoras que introducirán estos cambios tecnológicos. Fuentes del sector también apuntan a que estas inversiones han generado tensiones dentro de la organización que, finalmente, se han ido resolviendo.
Los principales cambios se refieren a la sustitución de las tostadoras antiguas por unas de alta velocidad y a la implantación de nuevas unidades de retención de producto.
Al igual que McDonald's ha hecho de la ensalada su última seña de identidad, Burger King también ha puesto en marcha una serie de productos y menús 'equilibrados y saludables, pero sin sacrificar el sabor', según comenta el director general de la cadena de comida rápida, Sergio Rivas. El gazpacho, los sandwiches de pan de pita rellenos de pollo o carne de vacuno, y la fruta fresca natural sin conservantes, son algunas de las apuestas de este verano.
Cinco Días Julio 2004