Se trata del sistema de enseñanza audiofónico de idiomas de Speedlingua que la enseña presentará el próximo 19 de abril y que tiene entre sus ventajas su inmediatez, ya que sólo son necesarias 16 sesiones de 45 minutos para ofrecer resultados duraderos, independientemente del nivel del alumno.
La cadena de academias de idiomas Hexagone presenta como novedad en nuestro país el programa de enseñanza de Speedlingua, del cual es proveedor exclusivo. Concretamente el próximo día 19 de abril, en el centro de la enseña situado en el número 14 de la calle Meléndez Valdés de Madrid, se celebrará una conferencia de presentación sobre este método. Hexagone presenta el programa Speedlingua tras 9 años de implantación, contando para su desarrollo con la colaboración de lingüistas y la experiencia de decenas de miles de estudiantes y clientes a nivel mundial; entre estos últimos podemos encontrar a Accenture o Renault, pero también a las fuerzas armadas francesas.
A modo de introducción, se puede definir el sistema de Speedlingua como una herramienta particularmente enfocada a la expresión oral dentro de la enseñanza de un idioma. Su mayor ventaja, y la razón por la que Hexagone lo ofrece dentro de sus cursos de enseñanza, es que acelera considerablemente el aprendizaje, de tal forma que bastan 16 sesiones (de 45 minutos) para notar resultados duraderos, sea cual sea el nivel del alumno. Es aplicable a los idiomas francés, inglés (diferenciando americano y británico), alemán, español, italiano, neerlandés, chino mandarín y ruso; y también cuenta con ejercicios específicos para diversos sectores profesionales, como el aeronáutico, o el turismo, y de negocios.
Como todas las invenciones, esta herramienta de enseñanza surge para cubrir una necesidad, que en este caso se encuentra en que la capacidad del ser humano para escuchar varía según su idioma materno; lo que dificulta tanto la comprensión auditiva como la expresión oral en otras lenguas. Esto se debe a las frecuencias de sonido que no llegan a percibirse o lo hacen mal. En efecto, se ha encontrado que cada idioma tiene sus frecuencias dominantes específicas, y si bien para el inglés británico estas se encuentran entre los 2 y los 12 kHz, en el castellano no superan los 3 kHz, llegando incluso hasta 0’1, lo que explica en gran parte la dificultad para su correcta pronunciación.