Según de qué franquicia se trate, se podrán negociar algunos aspectos del contrato. Pero ojo, es mejor no tensar la cuerda y favorecer la colaboración beneficiosa.
Normalmente las franquicias muy desarrolladas tienen pocos temas negociables. Las nuevas, suelen ser más flexibles. Por ejemplo, un aspecto que típicamente se negocia es la extensión de la zona de exclusiva, ya que es diferente para cada contrato. Se recomienda no tensar la negociación, ya que la relación empieza al firmar el contrato. Por tanto, se debe intentar no destruir las bases de la colaboración beneficiosa. Por lo general, los contratos de franquicia son de adhesión, es decir, el franquiciado se adhiere a las condiciones que establece el franquiciador. Una revisión pormenorizada de las cláusulas puede ser bueno para que no se acepte algo fuera de lugar o sin sentido. No es bueno para una franquiciador tener diferentes franquiciados con diferentes condiciones, por la esquizofrenia que eso genera internamente. El franquiciador debe ser lo más honesto posible en el proceso de negociación, pero el franquiciado también. Es importante tener las cartas sobre la mesa antes de decidirse mutuamente y si se va adelante, hacerlo en positivo.