La franquicia de restauración Lizarran te lo pone fácil para invertir en el sector de la restauración. No en vano es el líder en el ámbito de los pintxos con una marca consolidada y altamente recocida en el sector; y un modelo de negocio que funciona bien, se gestiona mejor y es muy rentable para el franquiciado.
El secreto de la buena marcha de un establecimiento Lizarran está en la racionalización. La franquicia Lizarran logra profesionalizar y simplificar algo tan arraigado como son los bares y el tapeo. Estos son los pequeños detalles que hacen de un gran negocio como son los pinchos y las tapas, una actividad rentable. Sus locales se instalan tras un estudio técnico de viabilidad previo del local que determine las posibilidades de ganar dinero con es ubicación. Los centros comerciales y los locales con terraza son prioritarios. La formación del franquiciado ocupa un papel fundamental, así como el reciclaje de los franquiciados actuales: ayuda a crecer las ventas y a mantener la imagen de marca. Además del apoyo para que tus ventas se mantengan, la enseña se caracteriza por una baja inversión, recuperable en una media de 2,5 años.