Nacidos en 1996, su especialidad es la pasta, con recetas que mezclan tradición y modernidad. Y con su oferta logran locales rentables.
Su objetivo es ser auténticamente italianos, pero no típicamente italianos. Nada de cuadros del Coliseo, ni torres de Pisa, ni banderas verdes, blancas y rojas. En los restaurantes Sorsi e Morsi lo que importa es su
gastronomía, con la garantía de procedencia y la más alta calidad italiana. "
Sorsi e Morsi significa calidad italiana pero descontextualizada. Es decir, trasmitimos italianidad pero evitando todos los tópicos de los restaurantes italianos en el extranjero", explica Laura Motolese, directora de Marketing de la cadena. "Nos diferencia la pasión por lo que hacemos, la filosofía que nos guía y la imagen que tenemos", añade.
Su cartaSon especialistas en
comida italiana. Su carta, que se renueva de manera constante, está protagonizada por su plato estrella: la pasta. Con recetas que unen tradición y modernidad a partes iguales,
Sorsi e Morsi seduce los paladares de sus clientes. Su selección de antipasti, ensaladas y piadinas complementan la oferta gastronómica de esta cadena de restaurantes italianos que tiene una moderna y atrevida imagen. "Desde la Central, cuidamos con esmero el toque final de nuestros platos". Y para conseguirlo, Sorsi e Morsi ofrece a cada franquiciado incentivos, cursos y formación continua. "Un ingrediente que nos hace únicos, y que nos encargamos de mantener en su punto día a día desde el comienzo del proyecto".
Sorsi e Morsi ofrece un negocio con alta rentabilidad y un elevado volumen de facturación. Y lo consiguen “viciando a su público”. "
Nuestra meta es que los clientes salgan con la intención de volver. ¿La manera de conseguirlo? Una relación calidad-precio óptima y una excelente atención al cliente, aliñada siempre con una sonrisa", explica Laura Motolese. Familias para celebrar la comida del domingo, gente de oficinas y ejecutivos para comer entre semana o grupos de jóvenes por las noches… Su perfil de cliente es amplio.
La experiencia La cadena, formada por un equipo con una sólida experiencia en el sector, ofrece a los emprendedores un producto testado a lo largo de 14 años en el mercado ibérico. Esto les hace conocer qué es lo que quiere el consumidor. "Es necesario comunicarse con el cliente: saber lo que le gusta y qué podemos hacer para gustarle más", señala la directora de marketing. “
Ofrecemos a nuestro cliente una experiencia diferente: por nuestra comida auténticamente italiana, por nuestro trato y por el ambiente acogedor, cosmopolita y atípicamente italiano”, añade Motolese.
Y eso es lo que hace esta cadena en sus tres restaurantes. Sorsi e Morsi quiere ampliar su red y por eso está inmersa en un plan de expansión con el que quiere implantar nuevos locales en el mercado español: "Ahora tenemos dos franquicias y un restaurante propio en Valencia. Nuestro objetivo es abrir por lo menos tres locales más, saliendo así del mercado valenciano", explica Motolose.
El perfil del franquiciado ideal de Sorsi e Morsi es el de un emprendedor disciplinado con dotes de mando de más de 25 años, que sea organizado, con capacidad adquisitiva y, preferentemente, experiencia profesional en el campo hostelero. A cambio, el franquiciado de la enseña se une a una empresa con un negocio estudiado y probado, en el que obtendrá formación y reciclaje continuo y supervisión periódica y constante con la central. "Queremos instaurar con nuestro franquiciado una relación clara, llana y sin secretos", dice Motolese.