La franquicia Lizarran ha logrado la manera de combinar de manera rentable la restauración tradicional y la moderna. El secreto es racionalizar, profesionalizar y simplificar algo tan arraigado como son las tabernas y el tapeo. Una combinación de factores que ha dado como resultado un negocio de éxito al que todos los amantes de la restauración quieren sumarse.
La franquicia Lizarran confirma una vez más su liderazgo en la elaboración de pinchos y tapas, sector en el que no tiene competencia, innovando y ofreciendo a los clientes productos de primera calidad. Esa ha sido la fórmula con la que han logrado su actual posicionamiento en el sector de la restauración. El franquiciado cuenta con todo nuestro apoyo tanto antes como en el momento y después de la apertura. Esto supone un beneficio para los nuevos franquiciados que aprovechan la buena disposición de la central en mantener un ritmo de aperturas para obtener un local, en ocasiones, 'llave en manos'.Todo con una inversión de 50.000 euros obra civil más instalaciones técnicas más decoración.