La compañía culminará su etapa de cambios con el traslado de su sede de Vilanova a Barcelona.
Nos viene a ver gente de China, Rusia o los Emiratos Árabes, pero aún no es el momento: ahora nos vamos a centrar en crecer en Francia y Alemania, México y Estados Unidos". Lizarran, la compañía que ha desarrollado el concepto de tapeo como un negocio de franquicias, emprende una nueva fase de crecimiento, destinada a afianzar su presencia internacional. Esta semana acaba de firmar su primer local estadounidense, en California, que abrirá dentro de unos tres meses, y ultima el segundo en México. Durante este año prevé inaugurar varios locales en Francia y Alemania (donde ya tiene cinco en cada país), que junto a Portugal (con diez), son sus principales mercados en el exterior. En total, la cadena tiene ahora 151 establecimientos, 22 de ellos fuera de España (que le aportan el 9% de la facturación). En el actual 2006 tiene previstas 28 aperturas "como mínimo", asegura el consejero delegado, Óscar Vela, de las que unas 20 serán en España, y que confirman el ritmo de crecimiento superior al 20% que se ha mantenido constante en la expansión de la compañía.
Lizarran ha superado una etapa de cambios importantes. El pasado mes de abril Nazca Capital compró la compañía al fondo Pan European Food Fund, por 13,5 millones de euros; un año antes, había fallecido el fundador, Mateo Ferrero, en accidente de tráfico. En este tiempo se han abandonado otras enseñas de franquicias (El Rincón, Happy Crack, Happy Factory y Comme Bio), y atrás queda también el intento de expansión de Lizarran en Italia y Austria, donde abrió sendos locales, pero que no funcionó. En las próximas semanas, Lizarran escenificará el final de esta transformación con el traslado de sus oficinas desde Vilanova i la Geltrú, donde se creó la compañía, hasta la céntrica rambla Catalunya, de Barcelona. En la central de la empresa trabajan unas 40 personas, más otras once encargadas del desarrollo exterior de las franquicias; incluyendo el personal que trabaja en las tabernas, la plantilla suma más de 1.100 personas.
"Tenemos un producto muy bueno para exportar, las tapas están de moda, y el turismo nos beneficia", asegura Delfí Torns, director de internacional. En el 2005 la facturación fue de 75,6 millones de euros y el objetivo para el 2006 se sitúa en 82 millones, lo que significará haber doblado el volumen que tenía el grupo en el 2002.
Con la vista puesta en el 2009, Lizarran aspira a abrir de 15 a 20 locales al año en España: "Tranquilamente hay mercado para llegar a 200 o 300 locales: aún podemos crecer en las capitales, y también en nuevas zonas", asegura Óscar Vela. Un factor con el que juegan a favor es la fidelidad de los franquiciados. "Uno de cada tres nuevos locales lo abre alguien que ya es franquiciado nuestro", aseguran. En el extranjero, el plan prevé que tanto en Alemania como en Francia pueda haber unas 25 tabernas, mientras que en Estados Unidos el masterfranquiciado actual prevé tener tres restaurantes en la zona de California.